NavarredondaMapasHistoriaQue hacerInfraestructurasGastronomiaTablon

Micología

Amanila muscaria
Amanita phalloides
Cagarria sparassiscrispa

Para los aficionados a la micología, sin duda Gredos Norte es un lugar privilegiado, ya que ofrece un abanico de posibilidades difíciles de encontrar en otros lugares debido a sus características climáticas combinadas con la baja explotación que del terreno se ha extraido; lo que viene a decir que aún en la actualidad existen innumerables rincones con cantidad de setas aún inexplorados que están esperando al visitante.

Boletus Edulis

Desde los últimos días de Agosto hasta bien entrado el invierno, podemos disfrutar de una gran variedad de especies tanto comestibles como no aptas para el consumo humano.

Si nos decidimos por internarnos en los extensos bosques, (pinares en su mayoría, aunque también podemos encontrar robledales) podemos encontrar desde las pintorescas Amanitas: (la conocida y venenosa Amanita Muscaria, la Amanita Phalloides, fotografiada encima; sin olvidar tampoco a las Amanita Rubescens y Amanita Vaginata), hasta los apreciados Boletos: (Edulis y Pinícolas), pasando por los discretos Nizcalos y Tricolomas: (Ecuestre (Seta de los Caballeros) y Portentosum).

Si elegimos para nuestro paseo praderas y piornales, podremos ver desde el esbelto “Parasol” (Macrolepiota Procera y Racodes) a los opulentos Champiñones (Agáricus Campestre y Alberti), pasando por las abundantes Senderuelas (Marasmius Oreades).

Amanila muscaria
Níscalo o Mízcalo
Lactarius Deliciosus
Tricoloma Portentosum

Vegetación

Resumido de Gredos Roca Viva, de Sta. María, J. L. Acebes, B. Gazapo, F. García, J. A. Caballero, V. Reguera. Editorial Proatur S. A.

PIORNAL



Con el nombre de piornal se denominan las extensas superficies de la Sierra cubiertas principalmente por una leguminosa arbustiva: El piorno serrano (Cytisus purgans). Su área de asentamiento corresponde al piso oromediterráneo y abarca aprox. desde los 1700 m. hasta los 2100 m. No obstante es importante destacar aqui la existencia de otro tipo de piornales establecidos en el ímite inferior del piorno serrano, esto es, ya en el piso supramediterráneo, donde constituyen una de las etapas de degradación de la vegetacion climácica. Son varias las especies que pasan a formar parte de este matorral de sustitución. Entre ellas citaremos por su importancia a la retama negra (Cytisus scoparius), la hiniesta (Genista cinerea subsp. cinerascens),el escobón (Genista florida), el cambroño (Adenocarpus hispanicus) y el cambrión (Echinospartum barnadesii).

La tupida cobertura vegetal que inponen estas especies dificulta el asentamiento de plantas herbáceas. Aún así cabe destacar el feo bravo (Deschampsia flexuosa) y el porrillas (Arrhenaterum elatius) . Especial mención merece el espárrago de lobo (Orobanche rapum-genistae), parásito de estas leguminosas.

Lo que para unos es una desventaja para otros resulta lo contrario, y así vemos que este cerrado y tupido medio resulta ideal para numerosos animales, especialmente para los insectos: insectos palo, chicharra, cigarra común, infinidad de arácnidos y escarabajos... etc. Se constituye así como una fuente de alimento ideal que atrae a aves insectívoras como el acentor común, el pechiazul y la tarabilla común.

ROBLEDAL


Comencemos por señalar que el roble (Quercus pyrenaica) es un árbul mascercente; es decir, sus hojas, aún siendo caducas, permanecerán en el árbol hasta que las nuevas las desplacen. Cuando este ocurre, sobre el suelo se va depositando un verdadero mantillo de hojas. Su descomposición es un proceso básico en la formación del humus, el cual determinará la aparición de gran variedad de plantas herbáceas como Teucrium scorodonia, Pteridium aquilinum, Geranium sanguineum y Ranunculus gramineus.

Las lombrices juegan aquí un importantísimo papel en la formación del humus, a la par que contribuyen a la necesaria aireación del suelo. Por otra parte constituyen el alimento de los micromamíferos habitantes de la hojarasca, como la insaciable musaraña. Al igual que el chochín y el petirrojo, el mirlo encuentra su nicho ecológico en el estrato arbustivo, originado éste en gran medida por los abundantes rebrotes que echa el roble desde las propias raices y la base del tronco.

La gruesa y rugosa corteza permite el asentamiento de una compleja variedad de líquenes y musgos, entre los que citaremos la pulmonaria (Lobaria pulmonaria) y Antitrichia californica. Igualmente, la corteza aloja a muchos artrópodos que sirven de alimento para las aves insectívoras especializadas como el agateador comñun y el trepador azul.

Los ejemplares más viejos, forman oquedades en su tronco que cobijan a muchos animales.



PINAR

Los suelos sobre los que se asientan los pinares son suelos ácidos, debido a la acidez natural de la roca madre, el granito y a la acidez originada por la descomposición de las acículas del pino. En estas descomposición actúa toda una microfauna edáfica especializada: ácaros, colémbolos, tisanuros... También toman parte numerosos hongos que extienden por el suelo sus hifas y establecen relacciones simbióticas con los pinos en forma de micorrizas.

Un papel fundamental en la dinámica natural del pinar desempeñan las hormigas, quienes limpian el bosque y actúan de plaguicidas naturales sobre especies como la procesionaria del pino.

Las plantas herbáceas que más comunmente encontramos son gramíneas (Festuca elegans, Holcus mollis y Echinaria capitata) y compuestas (Senecio adonifolius y Cardus carpetanus). Sus semillas atraen a aves granívoras, como el verdecillo, el verderón, jilguero... pese a que que la mayoría de ellas también de buenas cuenta de los insectos. Mención aparte merece el piquituerto, dotado de un especializado pico con el que extrae eficazmente los piñones. De las abundantes piñas que caen al suelo da buena cuenta el ratón campestre (Apodemus sylvaticus) como así lo delatan las que vemos característicamente roidas.




ENCINAR



La encina es un árbol esclerófilo mediterráneo. Etimológicamente significa poseedora de hojas duras, lo que nos habla de una especie adaptada a climas secos.


Aunque la permanencia de la hoja llega hasta los 3 o 4 años, su caida supone un aporte de riqueza mineral al suelo. La incipiente capa de humus creada permite el asentamiento de especies como la ciperácea Carex distachya y, muy especialmente plantas de tipo aromático, como el cantueso (Lavandula stoechas subsp. pedunculata), al mejorana silvestre (Thymus mastichina) y algunas cistáceas como las jara pringosa (Cistus ladanifer) y el cisto hembra (Cistus salvifolius). La sola presencia de ésta vegetación aromática, unido a lo benigno del clima, atrae gran cantidad de dipteros, aunque también de lepidópteros e himenópteros.

A su vez, numerosas aves predan sobre esta rica entomofauna, a la par que encuentran refugio en el espeso ramaje y oquedades de los troncos. Algunas de ellas son poseedoras de robustos picos como el alcaudón común y la abubilla. Carboneros, herrerillos, agateadores, trepadores, mirlos, petirrojos, tórtolas, palomas torcaces y un largo etc.. completarían el repertorio ornitológico.

La producción y caída de la bellota atrae a ratoncitos, lirones, etc... Sus poblaciones no son perjudiciales mientras que haya suficiente número de sus depredadores naturales, rapaces y reptiles.

Las zonas de denso matorral son las preferidas por el conejo y también cobijan al jabalí, que espera a salir por la noche a hozar bajo esa gran portadora de riqueza biológica que es la encina.

FLUVIAL

Aprovechando las oxigenadas aguas de las zonas próximas al nacimiento viven los musgos del géneros Philonotis. Las orillas son ocupadas por pastizales.Especial consideración merece la boruja (Montia fontana subsp. amporitana) muy apreciada desde el punto de vista culinario.

Aguas abajo, el la ribera aprecen sauces arbustivos, sobre el lecho del río abundan las larvas de insectos, sobre todo moscas de las piedras y efímeras. El nabo del diablo (Oenanthe crocata) abunda en estas zonas.

En los tramos más bajos encontramos sauces de porte arbóreo. En zonas específicas puede desarrollarse el aliso (Alnus glutinosa), acompañado en ocasiones de chopos (Populus nigra) y de abedules (Betula alba): Mirlos, chochines petirrojos, carboneros, herrerillos y ruiseñores se alimentan de la rica entomofauna existente. Las aguas aquí ya no son tan frías y abundan las ranas y sapos, ávidos comedores de insectos.